Todo es Tuyo, Señor
“Participar en el retiro de Emaús fue, sin duda, el momento más transformador de mi vida. Llegué con dudas, miedos y con una visión limitada de lo que significaba tener fe. Pero lo que viví en esos días fue una experiencia tan profunda, tan radical, que cambió completamente mi forma de ver el mundo, a los demás y, sobre todo, a mí mismo.
En Emaús descubrí que no soy dueño de nada, ni de mis proyectos, ni de mis talentos, ni de mis logros, ni siquiera de mis luchas. Todo lo que tengo y todo lo que soy pertenece al Señor. En lo más hondo de mi ser comprendí que mi vida no es mía: es suya. Ya no vivo para mí, vivo para Él.
Emaús me llevó a una entrega total. Me despojó de las máscaras, de las falsas seguridades, de las ambiciones vacías. Me dejó desnudo ante Dios, y en esa desnudez encontré la verdadera libertad. Descubrí que mientras más doy, más recibo; que mientras más me entrego, más me llena. No hay mayor riqueza que vivir con el corazón rendido a los pies del Señor.
Hoy, cada paso que doy, cada decisión, cada pensamiento, es una oportunidad para decir: "Toda mi vida es tuya, Señor." Y lo digo con alegría, con confianza, con humildad. Porque he sido tocado por su amor, y ese amor me ha hecho nuevo.
Gracias, Emaús, por abrirme los ojos. Gracias, Señor, por hacerme tuyo.”
Bernardo Tavera