Educación católica y misión evangelizadora.

En Ave Maria, la educación católica comienza desde la raíz: los niños. Porque aquí, la formación no es solo una etapa de la vida, es el cimiento sobre el que se construye todo lo demás. Desde temprana edad, los pequeños son formados en un entorno donde la fe, la familia y la verdad no son conceptos abstractos, sino realidades vivas que se respiran cada día.

El Donahue Academy, el colegio católico de Ave Maria, es un faro de esta misión formativa. Allí, la misa diaria no es una excepción, es el corazón de la jornada. Los salones y pasillos están impregnados de arte, música, historia sagrada y belleza trascendente. Los niños no solo aprenden matemáticas o literatura; aprenden a amar el bien, a buscar la verdad y a vivir en Dios.

Cada asignatura se convierte en una oportunidad para descubrir a Cristo en el mundo y en uno mismo. La formación moral y espiritual es tan esencial como la académica. La belleza del arte sagrado inspira sus sentidos; la frecuencia de los sacramentos moldea su alma; y la unidad con sus compañeros y maestros en oración fortalece su espíritu.

Esta formación integral no termina al graduarse. En Ave Maria, cada niño educado en la fe se convierte, con el tiempo, en un adulto que forma a sus propios hijos en la misma luz. Se forjan así generaciones que transmiten no solo conocimientos, sino un legado de fe viva, familias fuertes y visión eterna.

Porque educar aquí no es simplemente preparar para una carrera, sino preparar para la santidad. Y evangelizar no es una tarea futura: es una misión que empieza hoy, desde el primer día de clases.

Ave Maria no es solo un lugar donde se estudia... es el lugar donde se forman santos.

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